Mitos: Solo pueden trabajar las personas con algunas categorías de discapacidad
Realidad: Las personas con discapacidad se pueden desempeñar en diferentes tipos de cargos, de acuerdo con su formación y competencias. Lo importante es que la persona quiera y pueda trabajar.
Mitos: Las personas con discapacidad deben trabajar en fundaciones u ONG.
Realidad: Todas las empresas están en condición de vincular personas con discapacidad. Estas personas tienen la capacidad de elegir libremente un trabajo en un mercado y entorno laboral abierto, inclusivo y accesible.
El vínculo laboral debe darse entre la persona con discapacidad y la empresa, sin ningún tipo de intermediario y bajo las condiciones que contempla el Código sustantivo del trabajo colombiano.
Mitos: Todas las personas con discapacidad sirven para “X” o “Y” trabajo, “X” trabajo no puede ser desempeñado por una persona con discapacidad.
Realidad: No hay cargos específicos según la categoría de discapacidad. Las personas se deben desempeñar en los cargos de acuerdo con su formación, competencias e intereses.
Todo cargo es susceptible de ser ocupado por alguna persona con discapacidad, siempre y cuando esta tenga el perfil adecuado y se le garanticen los ajustes razonables para asumirlo.
Mitos: Los ajustes que tiene que hacer una empresa que quiera contratar personas con discapacidad son costosos e implican hacer cambios en los espacios físicos de la empresa como rampas, ascensores, baños, entre otros.
Realidad: No todos los ajustes razonables implican intervención de los espacios físicos porque no todas las personas con discapacidad tienen dificultades en su movilidad, ni todos son usuarios en silla de ruedas.
No todos los ajustes razonables tienen un costo económico, por ejemplo, se pueden realizar ajustes en procesos o procedimientos como el de selección de personal. Los ajustes que necesita una persona con discapacidad, permiten que cada ciudadano acceda en igualdad de condiciones al mundo laboral.
Mitos: Las personas con discapacidad intelectual solicitan muchos permisos para citas médicas.
Realidad: No solicitan más permisos que otros trabajadores. Las personas con discapacidad intelectual no están enfermas y no requieren visitar al médico con mayor frecuencia que un trabajador sin discapacidad. La discapacidad nada tiene que ver con el ausentismo; al contrario, la población con discapacidad intelectual demuestra más compromiso y sentido de pertenencia con una organización que le brinda oportunidades de inclusión laboral.
Mitos: Las personas con discapacidad tienen baja productividad y las empresas no deben tener altas expectativas en este aspecto.
Realidad: Su rendimiento es igual al de otros trabajadores que ocupan el mismo cargo, siempre y cuando el puesto de trabajo esté acorde con sus competencias, se haya hecho un buen proceso de selección e inducción y se garanticen los ajustes razonables.
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